La pregunta parecería ofensiva para
algunos, pero es necesario, en honor a
la verdad, explorar la historia y
encontrar algunas verdades que aunque
pueden herir a muchos al final les harán
encontrarse así mismos y hallar la
verdad.
La batalla por salvaguardar el status de
Jesús se vino a presentar hacia el año
325 de la Era Común, cuando el emperador
Constantino, pagano como buen romano,
decidió hacer del Cristianismo la
religión oficial de su Imperio. Era
necesario entonces buscar la manera de
establecer dicho status.
Para ese entonces, el emperador
Constantino, por consejo de su madre la
Santa Helena, quien había sido
despreciada de antemano por su esposo,
el emperador Constancio Cloro, aceptó
abrigar la religión cristiana como
elemento fundamental en el
fortalecimiento del Imperio y se dio a
la tarea de llamar a varios líderes u
obispos o mejor llamados
superintendentes, para que se reunieran
bajo un Concilio especial, llamado
entonces el Concilio de Nicea, ya que se
llevo a cabo en dicha ciudad de Turquía,
país este muy renombrado por ser el país
de origen de quien se vino a conocer
varios siglos antes como el "apóstol
Pablo de Tarso (Turquía)".
El Concilio en mención tenia que ver
exclusivamente con erigir a un
dios para darle validez y fortaleza a la
nueva religión adoptada por un Imperio,
ya que religión sin dios no tenia
fundamento. Fue así como el Emperador
Constantino le dio soporte a la
deificación de Jesús que muchos de sus
seguidores defendían basados en las
doctrinas paganas de quien se hizo
llamar "apóstol", el señor Pablo de
Tarso.
Aparentemente Constantino creyó que ello
podía ser muy popular entre sus súbditos
quienes desde siglos mantenían su fe
puesta en dioses contemporáneos como
Mitras y Dionisio. Por ello, algunos de
los obispos Arrianos fueron excluidos de
dicho magno evento.
Los Arrianos, doctrina fundada por
Arrio, discípulo de Luciano de
Antioquia, señalaban que el padre
Dios había creado de la nada al Logos
(su hijo) y que "hubo un tiempo en que
el Hijo no existía" y por lo tanto el
Hijo era una criatura de Dios y no era
Dios mismo. Según ellos, este era
divino, vale decir, un dios, pero que
dicha divinidad no tenia la magnitud que
tenia la del Padre y por ello no se le
podía llamar Dios Verdadero.
Habiendo entonces excluido a los
Arrianos del Concilio se procedió a la
votación la cual dio un conteo final de
218 sufragios aceptando la divinidad de
Jesús contra solo 2 votos en contra que
disentían de tal apreciación. Fue así
como en dicho Concilio de Nicea se
proclamo al Hijo como igual al Padre.
Al morir el emperador Constantino, su
hijo llamado Constancio, quien se
identificaba como Arriano, vino a
sucederle en el trono. Tiempo antes, su
padre Constantino había enviado al
exilio a todos los lideres que no habían
estado de acuerdo con su nueva religión
y quienes no soportaban la divinidad de
Jesús. Así pues, los Arrianos tomaron el
control de la Iglesia y hacia el año 360
de la Era común los Arrianos habían
reemplazado al Cristianismo Romano.
Esta batalla entre los dos bandos
persistió quizás hasta años recientes,
que por mantener y defender la divinidad
de Jesús le trajo al mundo
prohibiciones, ex-comulgaciones,
torturas, inquisiciones, muertes entre
unos y otros. Masacres tras masacres
siguieron hasta que la Iglesia Romana
venció a los Arrianos.
Cabe recordar que el "espíritu santo"
fue agregado por la Cristiandad como
"dios" en el Concilio de Constantinopla
llevado a cabo en el año 381 de la Era
Común, es decir, 56 años después de
haberse erigido a Jesús como "dios" en
dicho Concejo de Nicea.
Lo anterior nos enseña que antes de
dichos periodos no existieron
definiciones precisas sobre la Trinidad
o Triunidad demostrando así que no hubo
una tradición formal que conectara a
estos dogmas con los escritos de los
apóstoles.
Por ello, el Judaísmo nunca ha
considerado como fundamentado el
concepto de la manifestación de Dios en
tres personas diferentes, ya que no
están demostradas en las Sagradas
Escrituras.